martes, 22 de septiembre de 2009

Papillon=Papalotl= Farfalla=Mariposa

No es lo mismo una cucaracha en la pared de Gregorio Samsa, que en la sopa de Papillon (alias Steve Mc Queen en película pseudónima), que en la impresora de mi oficina, aunque en los tres lugares decididamente se proyecta como una presencia incómoda y fuera de lugar (la cucaracha y no la mariposa, disculpen la confusión y viceversa).
Bajo esa misma lógica, no es lo mismo una afortunada mariposa azul tatuada en el rosado pecho de Papi (el de arriba) y coronada con sus rizos de oro, que los mismos elementos-el plexo solar y el tatuaje- acomodados en otro contexto. Después de que el personaje Papillon, injustamente encarcelado, pasa dos años en régimen de "reclusión solitaria" en el infame sistema penitenciario de las Guyanas Francesas, se transforma la imagen. Hablaríamos más bien de un arrugado insecto incubado demasiado tiempo en el pecho de un reo.




Aún así, este prisionero sigue, incansablemente, en su lucha por la libertad que se convierte en un fin en sí mismo, no libre de conflictos y cuestionable para él. En su sueño, delira (o al revés) casi a punto de morir, que está en un juicio, donde lo señalan:


-I accuse you of a spared life.
-Guilty.

Y después, cuando una monja entreguista le pregunta:

-What are you gonna do with your life once you are freed?
-I don´t know yet, I haven´t had time to think about it.

Me impresionó mucho; como cada vez que tengo de frente al sistema penitenciario. La primera vez en mi vida fue cuando sentí la terrible humedad del Castillo de If con sus mazmorras subterráneas, a través de la historia de Edmundo Dantés; la segunda fue The Alcatraz/The Rock en una película hollywoodense con todo y Sean Connery, armas biológicas y exmilicos; la tercera fue Santa Marta Acatitla con un ser querido ahí atrapado. Y la última fue en los pantanos de las Guyanas Francesas. Paradójicamente las cuatro grandes historias de confinamiento han terminado "bien", y esto me recuerda a la última escena de Papillon, sobre una balsa de cocos:

I am still here, you bastards!


jueves, 17 de septiembre de 2009

Contra los franceses. O sobre la nefasta influencia.

En contraparte de la idea de la "excepción cultural" francesa (por estar, en este caso, la filosofía directamente arraigada y relacionada con su sociedad) que resume toda una actitud de estar en el mundo a partir de una concepción (sobra decir) sobradamente nacionalista, se han desarrollado movimientos tan amplios como la Aufklärung alemana, resumida en la siguiente expresión de Carlyle:
La alada, espiritual, altiva Alemania y la mundana, cursi, y arrastrada Francia.
Como forma menos refinada del insulto bien informado está el "libelo", el escrito para recubrir las vísceras de formalidad, con todo y una palabra de tres sílabas inscrita en nuestros días en el lenguaje juridico. El libelo, elaborado con la intención explícita de injuriar a alguien [pero que ya lo dijo El Peje: la verdad no ej injuria] me parece una de las formas más acabadas para transmitir un ambiente de odio generalizado en una época específica. De tal forma, no me sorprende que el libro que tengo en mis manos: "Contra los franceses. O sobre la nefasta influencia que la cultura francesa ha ejercido en los países que le son vecinos, y especialmente en España" se base en el desprecio de las formas literarias francesas arguyendo que se basan en una mala copia de las obras provenientes de (adivinen) el Siglo de Oro español. El índice es bastante ilustrativo:
Cap 1. Su vanidad fue siempre mayor que su talento.
Cap 6. Esa vedette sangrienta
Cap 8. En la ciénaga (el capítulo que le precede se titula "más francés todavía").
¿Quién no ha perdido incontables tardes de verano pensando en la campiña francesa y los deliciosos quesos que produce, y sus sonrientes jovencitas libres hoy de las escrófulas de sus antepasados?¿O en el gallardo galopar de los caballos que alguna vez formaron parte del más grande imperio medieval, el único que preexistió a la formación de los Estados Nacionales, el de Carlomagno? Mal encaminada la imaginación; la lección es bastante clara. Schopenhauer, quien no sólo nos puso a las mujeres en nuestro lugar (las mujeres son hombres de cabello largo e ideas cortas), decía a sus connacionales:
...igual que en Asia tienen tigres y en África monos, en Europa tenemos a los franceses.
El chisme es otra de las variopintas hojas que nutre las raíces del libelo; a que no se imaginan lo que dijo Voltaire, el autor de Sobre la tolerancia, de Shakespeare:
Si se representa a ese salvaje ebrio en nuestra corte, tan famosa por su buen gusto, la convertiremos en una taberna o una cervecería. Un saltimbanqui en una feria se expresa con más decencia y nobleza que el principe Hamlet.
Otra opinión, esta sí del autor (anónimo, qué le vamos a hacer). Ahora sobre los jardines de Versalles:
Colbert y Lebrun pretendieron en Versalles hacer una obra de arte. En realidad lo que necesitaba el Rey Sol, lo que acabó teniendo, era un escenario aparatoso para sus fiestas cortesanas (...) una decoración despampanante para asombro y deslumbre de bobos y horteras. Los muebles eran de plata maciza: ni qué decir tiene que al primer apretón de la Hacienda los fundieron todos. Semejante desenfreno y mal gusto sólo podía acabar en el rococó y un poco más tarde en la guillotina.
La guillotina, no tan risible invento de los franceses, y mucho más difícil de tratar en este texto tan poco serio, la picana, otro aporte de Francia hacia el mundo, que tan bien supieron adaptar nuestras dictaduras latinoamericanas para el aporte de la question, la tortura.
Bah por el genio mal encaminado.