Ni es un romance, ni un verso. Son las recopilaciones "sicalípticas" (lascivas, obscenas, libidinosas), escatológicas y tabernarias de Robert-Lehmann Nitsche, formado en la academia como antropólogo, lingüista y etnólogo, y como coleccionista de la pura variedad en su amplia actividad de viajero y trotamundos del cosmos decimonónico; que el camino no da diplomas pero sí muchas enseñanzas. De su visita a un sinfín de arrabales en Buenos Aires y escuchar a más de uno despotricar contra la mala mujer en cantinas del interior, le debe haber surgido la idea de anotar todo lo que oía y veía en referencia a la creatividad sexual de los argentinos. Como resultado de las canciones escuchadas en pulperías, de las rimas de teporochos y forajidos, así como de versos anotados en las paredes de lugares de dudosa calidad, nació la gran joya de los "Textos eróticos del Río de la Plata", cuatrocientas y tantas páginas publicadas desde Alemania en 1923 (bajo seudónimo blindado del auor) y editado en español una sola ocasión. Su contenido ocasionó la censura del libro a principios de nuestro siglo y evitó la reedición de su contenido por los reparos pudibundos de quien posee los derechos en la actualidad. Y esque dicho erudito muestra sin reparo alguno la filiación cuasi pornógrafa del folklore de la pampa:
Por puta y desorejada
tenés la concha pelada
de cojer entre los yuyos
No has cojido con los muertos
Porque no te lo han pedido
Dato no menor para la comprensión cabal de dicha poesía es que los "yuyos" son las malezas y otras hierbajas que se encuentran en los por siempre planos campos pampinos, aptos para la realización de actos con poca aceptación en sociedades conservadoras. En nuestro escarpado país, el equivalente es "ir al monte". Para adentrarse en los textos necesita uno armarse de un buen diccionario que traduzca el lunfardo, el lenguaje surgido a partir de la mezcla de expresiones gauchescas y de inmigrantes italianos, que abrieron paso a este código utilizado en la jerga carcelaria y después difundido en la cultura popular (¿quiénes más podrían escribir semejantes barrabasadas?).
Apegado a la rigurosidad científica L.N. se toma el tiempo necesario para explicar las diferencias regionales en las poesías de un lugar a otro. En Buenos Aires:
La puta que te parío
se vistió de colorado
y a tu madre como puta
la culearon los soldados
La misma idea general, en Córdoba:
La puta que te parió
se vistió de colorete
y a tu madre por ser puta
le rompían el ojete
Nuestro erudito de tendencias escatológicas clasifica cuidadosamente todo el material recojido. Por ejemplo, bajo el inciso "lupanarias", subtítulo "introductivas":
Vamos a ver, milongueros,
la milonga está formada.
meta el dedo en el culo,
y salga a la disparada.
Las de tipo moralizante:
No me parece buena calle,
la que no tiene vereda
ni me parece buena hembra,
la que coje con cualquiera.
Las que sólo podría decir Rocco Siffredi, el pornstar trimembre italiano:
Es al pedo rempujar
cuando la poronga es corta
La cajeta se machuca
y los huevos se hacen tortas
"La poronga" es el miembro viril (que a su vez es un eufemismo para hablar de lo mesmo). Por cierto, que esta me recordó que la tendencia arrabalera de la picaresca argentina, no pierde ocasión aún en situaciones políticas. Alguna vez un profesor de la facultad nos contó, entre risas, el nuevo slogan de algún burdel, después del tremendo golpe militar de J.C. Onganía en 1966: Las chicas están poronganía.
Y la última (este libro es inconseguible, agotado, censurado prohibido, así que para la mayoría será el único contacto que tengan con él):
Ladilla golpea a la puerta,
Incordio dice: ¿Quién es?
Purgaciones le contesta
¡Los chanclos vendrán después!
El libro escandalizaba antes y escandaliza ahora; del ruido que produce para algunos pelucones desfasados de nuestro siglo sólo podemos decir:
En el campo hay un yuyito
que se llama huela-huela
si no tienes a quién joder
¡Andá a joder tu abuela!
[Agradezco a la editorial Buena Vista en Córdoba, Arg. el constante esfuerzo que hace por rescatar estas piezas y no permitir que caigan en la ignominia]